Poltergeist ardiente. Rusia

El maldito Almacén una vez más sorprendió a los residentes con sus rarezas. El verano de 1932 fue muy caluroso. En el campo se quemó toda la cosecha. Los aldeanos decidieron actuar. En una noche oscura, se reunieron en el cementerio con libros de oración y cruces en sus manos y oraron hasta el amanecer, rociando con agua bendita las tumbas de los difuntos.

Por la mañana, sucedió un milagro: el cielo estaba cubierto de nubes oscuras y llovió. Primero poco profundo, luego más y más fuerte, hasta que finalmente cayó un aguacero. Las corrientes furiosas de agua fría interfirieron con el granizo. Solo por la noche, este frenesí de la naturaleza se calmó poco a poco.

Y luego sucedió lo más increíble: tres casas ubicadas en diferentes extremos del pueblo estallaron casi simultáneamente. Sus techos y paredes empapados ardían como si fuera paja seca.

La causa de un incendio tan terrible no se pudo averiguar.