| ID | #1602946505 |
| Añadido | Sáb, 17/10/2020 |
| Autor | July N. |
| Fuentes | Ignacio Darnaude, Flying Saucer Review, October 1977
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| Fenómenos | |
| Estado | Estudio
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Datos iniciales
Francisco Tejero, de 44 años, su esposa Teresa Lacave y sus amigos José valles y su esposa pilar Osborne Domecq estaban de vacaciones en el hotel local Da Balaia y entraron al Bar del hotel para tomar un refrigerio.
Allí vieron a dos hombres y una mujer liderando la discusión y, al mismo tiempo, parecían observar muy de cerca a un grupo de testigos. Los dos hombres eran de baja estatura, "con rasgos faciales europeos, pero muy Moreno". Tenían entre 40 y 50 años y, sin embargo, eran demasiado canosos para esa edad.
De repente, varios destellos extraños, como los destellos de una cámara, sonaron por parte de este misterioso trío, y aunque no notaron la cámara, las dos parejas españolas tenían la firme impresión de que alguien los había fotografiado, sin duda con algún tipo de microcámara escondida en un encendedor de cigarrillos, o algo así.
Además, la presencia de la misteriosa Trinidad hizo que las dos parejas sintieran un tipo indescriptible de malestar, tan fuerte que rápidamente terminaron sus bebidas, salieron del Bar y se fueron a cenar.
Sus habitaciones estaban en la planta superior del hotel. Más tarde esa noche, Teresa, temblando, se despertó y, para su gran sorpresa, notó que había un rectángulo muy brillante y brillante en las cortinas de la ventana (que estaba abierta esa noche extremadamente calurosa), "como una pantalla de televisión".
Inmediatamente pensó en los extraños " espías "en el Bar que parecían fotografiarlos la noche anterior, y su siguiente pensamiento fue que tal vez los" espías " habían entrado en el dormitorio y estaban a punto de robarlos o hacer algún tipo de operación con ellos.
Ella se dio la vuelta y sacudió vigorosamente a su esposo. Su esposo saltó rápidamente de la cama y se acercó a la ventana.
En su informe dice:
"Era como si estuviera en una especie de trance, como si alguien me hubiera hipnotizado. Afuera, todo era perfecto, infinitamente Pacífico".
Se movía como un autómata, como si de alguna manera lo hubieran convertido en un robot. Miró por la ventana y vio un objeto Cuadrangular con seis luces rojizas en el edificio del hotel, pero en su otra ala, que formaba una esquina con la fachada principal en la que se encontraba su ventana. Debajo de la" cosa", todo estaba oscuro y nada era visible.
Permaneció inmóvil por un tiempo, mirando el "ático" no sin cierta sensación de irritación, porque una de las luces se dirigía directamente a su habitación de una manera especial. Luego se volvió y se volvió a dormir.
Por la mañana, se sorprendieron al descubrir que no había otra ala del hotel que saliera en ángulo. No había edificios o edificios. El ático tampoco estaba allí.
Noticias originales
Location. Albufeira, Algarve, Portugal
Date: August 10 1976
Time: 1700
44-year old Francisco Tejero, his wife Teresa Lacave and friends Jose Valles and his wife Pilar Osborne Domecq were on holiday at the local Hotel Da Balaia and had gone into the hotel bar for something to eat. There they saw two men and a woman who were engaged in a discussion and at the same time seemed to be watching the witness’s party most intently. The two men were short in stature, “with European features but very dark.” They seemed to be somewhere between 40 and 50 years old, and yet they were far too white haired for such an age. Suddenly a couple of strange flashes came from the direction of this mysterious trio, like the flashes of a camera, and although they observed no camera, the two Spanish couples had the firm impression that somebody had just photographed them, no doubt with the aid of some micro-camera concealed in a cigarette lighter or something of the sort. Moreover the presence of the mysterious trio caused the two couples to feel an indescribable sort of malaise—so much so indeed that they rapidly finished their drinks and left the bar, and went to have dinner. Their rooms were on the top floor of the hotel. Later that night Teresa awoke with a start, and to her great astonishment, she observed that, on the curtains of the window (which was opened on this extremely hot night) there was a very vivid luminous rectangle, “like a TV screen.” She immediately thought of the strange “spies” in the bar, who had seemed to photograph them the evening before, and her next thought was that maybe the ‘spies” had entered the bedroom and were going to rob them or do them some kind of mischief. She turned and shook her husband vigorously. Her husband quickly jumped out of bed and went to the window. In his account he says: “It was as though I was in some sort of trance, as if I had been hypnotized by someone. Outside, all was utterly, infinitely peaceful.” He was moving around like an automaton as though he had somehow been turned into a robot. He looked out the window and saw a quadrangular thing, with six reddish lights on it, on the on the hotel, but on another wing of it which made an angle with the main face on which their window lay. All was dark underneath the “thing”, and nothing was to be seen. He remained there motionless for a while gazing at the “attic” not without a certain feeling of irritation because one of the lights was being directed in such a special fashion right into their bedroom. He then turned around and went back to sleep. In the morning they were astonished to find out that there was no other wing of the hotel running out at an angle. There was no building or structure of any kind whatsoever there. Simply, there was no “attic.”
Source: Ignacio Darnaude, Flying Saucer Review, October 1977
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Investigación
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