| ID | #1604257437 |
| Añadido | Dom, 01/11/2020 |
| Autor | July N. |
| Fuentes | Michael Hesemann, 1998
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| Fenómenos | |
| Estado | Estudio
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Datos iniciales
El 6 de mayo de 1978, aproximadamente a las 16:15, algo se estrelló en una montaña cerca de el Taire en el río Bermejo, en la frontera entre la provincia boliviana de Tarija y Argentina.
Miles de personas lo vieron y más tarde describieron el objeto como cilíndrico con una cola en llamas. Causó una explosión supersónica que se escuchó a una distancia de hasta 150 millas y rompió los cristales de las ventanas a una distancia de hasta 30 millas en todas las direcciones.
Al día siguiente, los periódicos reflexionaron sobre lo que sucedió en este lugar olvidado por Dios. Las explicaciones iban desde meteoritos hasta Ovnis y el regreso tardío a la atmósfera de alguna cápsula de Apolo. Todos se refirieron al testimonio de testigos presenciales.
Luego se anunció que las autoridades argentinas habían enviado una unidad de la policía fronteriza número 20 a la zona en cuestión para buscar los restos en su lado de la frontera. La búsqueda en este país montañoso podría haber durado semanas, por lo que una multitud de reporteros viajaron a la gran ciudad más cercana de aguas Blancas para instalarse allí y esperar más desarrollos, así como para entrevistar a testigos presenciales en la ciudad.
Y, de hecho, hubo varios testigos que afirmaron haber visto el objeto. La mayoría lo describió como ovalado o cilíndrico y metálico.
El ejército también parecía convencido de que era un OVNI. El cabo Natalio Farfán Ruiz, comandante de una pequeña unidad de la policía fronteriza en el pequeño pueblo De la Marmora (800 habitantes), confirmó el accidente a los reporteros argentinos, diciendo:
"Fue alrededor de las 4:30 pm cuando un objeto cilíndrico hizo temblar la tierra.¡Imagínese lo que hubiera pasado si un OVNI hubiera caído en las casas!»
El policía Juan Hurtado también vio lo sucedido:
"Parecía un contenedor de vino gigante que emitía rastros de humo blanco. Lo vi claramente. Voló directamente sobre mi cabeza. Estaba de Servicio y en ese momento estaba hablando con tres ingenieros de una mina en la Paz cuando vimos un objeto chocar contra el Monte el Tayr. El impacto fue tan fuerte que me arrojó al Suelo. La tierra tembló en ese momento".
Finalmente, la fuerza aérea boliviana envió tres aviones monomotores AT6 (modelo DE la Segunda guerra mundial) a la zona y encontró el lugar del accidente en la ladera sur del Monte el Tayre. Mientras que los pilotos no pudieron aterrizar en ningún lugar cerca de él, el diario Clarín de Buenos Aires informó el 14 de mayo que el objeto había sido encontrado.
Citan al jefe de policía de Tarija como prueba:
"Nuestra gente encontró el objeto y lo examinó, pero no recibió ninguna instrucción sobre acciones adicionales. Es un cilindro de metal romo de doce pies de largo con algunas abolladuras. Nadie sabe lo que hay dentro, esperando la llegada de las diferentes comisiones técnicas. Se espera que un experto de la NASA llegue mañana por la mañana".
De hecho, ningún experto de la NASA ha venido a Taria. En cambio, llegaron dos oficiales de la fuerza aérea de los Estados Unidos, el coronel Robert Simmons y el mayor John Hayes. Según un periódico, aunque estos oficiales estaban oficialmente de vacaciones, se les ordenó transportar la instalación a los Estados Unidos en un vehículo de transporte Hércules C-130 que los esperaba en la Paz. Cuando otros periódicos solicitaron a la Embajada de Estados Unidos esta misión secreta de Simmons y Haise, fueron rechazados.
Solo dos años después, el Departamento de estado de los Estados Unidos publicó 5 documentos relevantes: mostraron que Simmons y Hayes fueron asignados al agregado militar de la Embajada de los Estados Unidos en la Paz y realmente volaron a Tarija acompañados por un oficial de la fuerza aérea boliviana en relación con el proyecto polvo lunar.
El primero de estos documentos fue un télex enviado por el embajador de Estados Unidos en Bolivia, Paul Booker, al Departamento de Estado. Al mismo tiempo, citó informes periodísticos y pidió al Departamento que "pregunte a las agencias relevantes si pueden explicar qué tipo de objeto es", y agregó que "durante la Última semana, cada vez más informes de Ovnis provienen de esta región".
La respuesta fue un télex clasificado del 18 de mayo, en el que el Secretario de estado de los Estados Unidos, Cyrus Vance, declaró personalmente:
"La información preliminar se verifica en las autoridades gubernamentales pertinentes. No es posible establecer una correlación directa con los objetos espaciales conocidos que pueden haber vuelto a entrar en la atmósfera de la Tierra alrededor del 6 de mayo. Sin embargo, continuamos explorando cualquier posibilidad".
Luego envió una Embajada al" aerograma Estatal A-6343 "del 26 de julio de 1973, clasificado como" Secreto", " que contiene información de antecedentes y recomendaciones para trabajar con objetos espaciales. En particular, cualquier información relacionada con las observaciones previas a la colisión, la dirección de la trayectoria, el número de objetos observados, el tiempo de colisión y una descripción detallada, incluidas las marcas, serán útiles".
El siguiente documento fue un "Mensaje de polvo lunar" de la oficina del agregado militar de los Estados Unidos del 24 de mayo, dirigido a la División de tecnología extranjera en la base de la fuerza aérea Wright Patterson y la sede de la fuerza aérea de los Estados Unidos en el Pentágono como "noforn confidencial (prohibición de envío a ciudadanos extranjeros)".
En referencia a Moon Dust, el agregado militar en La Paz dijo que " hicieron todo lo posible para verificar los informes de Prensa. Además de esto, preguntaron al estado mayor de la fuerza aérea boliviana y a los jefes del ejército Boliviano, quienes dijeron, aparentemente después del primer intento fallido, "enviamos tropas de búsqueda a la zona indicada, pero no encontramos nada.
El ejército llegó a la conclusión de que podría haber un objeto allí, o tal vez no, pero hasta la fecha no han encontrado nada. El agregado agregó que enviaría a dos funcionarios a Tarija y prometió: "los mantendremos informados si surge algo. Se puede suponer que estos" dos funcionarios " fueron Simmons y Hayes.
Desafortunadamente, no se han recibido más informes sobre la expedición Simmons-Hayes, y para tener una idea de lo que sucedió, nos vemos obligados a confiar en los informes de la Prensa Argentina. Sin embargo, aparentemente nadie llegó a la conclusión de que el meteorito había caído a la Tierra. El mundialmente famoso Smithsonian tiene un banco de datos de eventos científicos, o "red de alarmas", que rastrea cada erupción volcánica, cada terremoto y cada colisión de meteoritos desde 1973 con una precisión minuciosa.
El banco de datos no menciona la caída de un meteorito en mayo de 1978 en la frontera entre Bolivia y Argentina. Los documentos de la fuerza aérea muestran que el equipo de campo 1127, que coordinó el proyecto lunar Dust, estaba interesado en otra tarea además de recuperar los restos de Ovnis y otros objetos espaciales presentados con el nombre en código HUMINT. Este nombre en clave, abreviado de Human Intelligence, significa recopilar información de Fuentes humanas a través de técnicas encubiertas encubiertas, a diferencia de interrogar, Leer archivos y correspondencia, etc. El método que se eligió para lograr los objetivos de HUMINT era tan extraño que nadie fuera de la comunidad OVNI lo creería. Así nació "Men in BLACK", la trama de la exitosa película de Hollywood de 1997.
Noticias originales
Photograph of El Taire mountain. The crash site is marked with an arrow. (credit: Hesemann)
The UFO crash in Bolivia. Sketch according to eyewitness reports. (credit: Hesemann)
On May 6, 1978, at about 4:15 p.m., something crashed into a mountain near El Taire on the Bermejo River, the border between the Bolivian province of Tarija and Argentina. Thousands of people saw this happening and later described the object as being cylindrical in shape with a flaming tail. It had caused a supersonic bang that was heard up to 150 miles away and that cracked windowpanes as far away as 30 miles in every direction. The next day, the papers were speculating on what had come down in that godforsaken place. The explanations ranged from meteorites to UFOs and belated reentry of some Apollo capsule. All of them referred to statements of eyewitnesses.
Then it was announced that the Argentinian authorities had sent the 20th unit of the border police to the area in question to look for wreckage on their side of the border. The search in that mountainous country could last for weeks, so swarms of reporters went to the nearest big town, Aguas Blancas, to take up quarters there and await further developments, as well as to interview eyewitnesses in the town. And in fact, there were a number of witnesses who claimed to have seen the object. Most of them described it as oval or cylindrical and metallic. The army, too, seemed to be convinced that it was a UFO. Corporal Natalio Farfan Ruiz, the commandant of a small border police unit at the little village of La Marmora (800 inhabitants), confirmed the crash to Argentinian reporters saying: “It was about 4:30 p.m. when a cylindrical object made the earth tremble.
Just imagine what would have happened if the UFO had fallen on the houses!” Policeman Juan Hurtado had also seen what had happened: “It looked like a gigantic wine container emitting a trace of white smoke. I saw it clearly. It flew directly above my head. I was on duty and at that moment was talking with three engineers from the mine in La Paz, when we saw the object crashing into the El Taire mountain. The impact was so strong that it threw me to the ground. The earth trembled at that moment.”
Finally, the Bolivian Air Force sent three single-motored AT6 airplanes—a model from World War II—to the area and discovered the crash site on the southern slope of the El Taire mountain. Whereas the pilots found it impossible to land anywhere near it, the newspaper Clarin of Buenos Aires announced on May 14, that the object had been found. As proof, they quoted the police chief of Tarija: “Our men have discovered the object and inspected it, but have received no instructions for further action. It is a dull metallic cylinder twelve feet long with a few dents. No one knows what is inside it, and we are awaiting the arrival of various technical commissions. A NASA expert is also expected to arrive tomorrow morning.”
As a matter of fact, no NASA expert came at Tarija.-Instead, two U.S. Air Force officers, Col. Robert Simmons and Maj. John Heise arrived. According to a newspaper, although these officers were officially on leave, they had been instructed to take the object to the United States in a Hercules C-130 transport machine, which was waiting for them at La Paz. When other newspapers made inquiries at the American Embassy regarding this secret mission of Simmons and Heise they were met with a denial. Only two years later, 5 relevant documents were released by the U.S. State Department: they revealed that Simmons and Heise had been assigned to the military attache of the U.S. Embassy in La Paz and did, in fact, fly to Tarija accompanied by an officer of the Bolivian Air Force, in connection with Project Moon Dust.
The first of these documents was a telex sent by the U.S. Ambassador in Bolivia, Paul H. Boeker, to the State Department. In that, he quoted newspaper reports and requested the department “to ask the relevant agencies whether they could explain what this object could be,” adding “during the last week, more and more UFO reports are coming from this region.” The answer was a telex classified “secret” dated May 18 in which the U.S. Secretary of State Cyrus Vance personally declared: “Preliminary information has been checked with appropriate government agencies. No direct correlation with known space objects that may have reentered the earth’s atmosphere near May 6 can be made. However, we are continuing to examine any possibilities.”
He then referred the embassy to “State aerogram A-6343” of July 26, 1973, classified ‘Secret,’ “which provides background information and guidance for dealing with space objects. In particular, any information pertaining to the pre-impact observations, the direction of trajectory, number of objects observed, time of impact, and detailed description, including any markings would be helpful.” The next document was a “Moon Dust Message” of the office of the U.S. military attache, dated May 24, addressed to the Division for Foreign Technologies at the Wright Patterson Air Force Base and the headquarters of the U.S. Air Force at the Pentagon, classified as “confidential NOFORN (No Forwarding To Foreign Nationals).”
Under reference Moon Dust, the military attache at La Paz reported that “they had taken pains to verify the press reports. ” In addition to that, they had asked the general staff of the Bolivian Air Force and the chiefs of the Bolivian Army who had declared—apparently after a first unsuccessful attempt— “we have sent search troops to the area in question but have found nothing. ” The army came to the conclusion that there could have been an object there, or maybe not, but to date, they had found nothing. The attache added that he would send two officials to Tarija and promised, “We will keep you informed if anything turns up. ” These “two officials,” we can assume, were Simmons and Heise.
Regrettably, no further reports concerning the Simmons-Heise expedition were released and, to get a picture of what happened, we are forced to rely on reports in the Argentinian press. Apparently, however, nobody came to the conclusion that a meteorite had hit the earth. At the world-famous Smithsonian Institution, there is a data bank of scientific occurrences, or an “alarm network,” that keeps track of every volcanic eruption, every earthquake and every meteorite collision since 1973 with painstaking accuracy.
The data bank reveals no mention of a meteorite falling during May 1978 at the Bolivian-Argentinian border. The Air Force documents reveal that the 1127th field activities group, which coordinated Project Moon Dust, was interested in another task besides the recovery of UFO wrecks and other space objects, represented by the code name HUMINT.
This code name, short for Human Intelligence, means the collection of information from human sources through clandestine undercover methods—in contrast to interrogations, reading through files and correspondence, etc. In other words, it meant the collection of information about UFOs from reliable sources through a game of deceit. The method which was chosen to achieve HUMINT’s goals was so bizarre that nobody outside the UFO community would believe it. It was the birth of the “Men In Black,” subject of a Hollywood blockbuster movie in 1997.
Fotografía del Monte el Tayre. El lugar del accidente está marcado con una flecha. (autor: Hesemann)
Catástrofe OVNI en Bolivia. Boceto de testigos presenciales. (Autor: Hesemann)
Hipótesis
Investigación
Currículum
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