| ID | #1687902208 |
| Añadido | Mié, 28/06/2023 |
| Autor | July N. |
| Fuentes | |
| Fenómenos | |
| Estado | Caso
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Datos iniciales
En 1965, dos hombres a bordo del submarino elvin se sumergieron más de una milla en el océano Atlántico. Y allí vieron un ser vivo que se parecía mucho a un plesiosaurio.
Este incidente ocurrió cerca de las Bahamas y sigue siendo un misterio criptozoológico sin resolver. Uno de los pilotos dijo que la criatura era definitivamente un reptil con un cuello muy largo.
Algunos investigadores creen que podría haber sido una serpiente Marina legendaria, pero las descripciones de los testigos apuntan más bien a un lagarto marino que ha sobrevivido hasta nuestros días del orden de los plesiosaurios.
Marvin Mccames y Bill Rainney fueron los ingenieros que diseñaron y pilotaron el submarino elvin. Bucear en las Bahamas fue su primera inmersión.
Vieron una extraña criatura con un cuello largo en un lugar llamado "la Lengua del océano", una profunda depresión entre las islas de Andros y nueva Providencia.
Los primeros informes sobre la serpiente Marina de Alvin fueron muy concisos: Mccamis fue citado originalmente como un hablante
"[T] cuando vi a este monstruo o algo así. Me di la vuelta bruscamente y ya no está. Me sacudió. Era un ser vivo ... lo vi por lo menos cuarenta o cincuenta pies".
Más tarde, Mccamis dio una descripción detallada de este monstruo al investigador de Fortean Charles Berlitz, quien lo mencionó en varios de sus libros, siempre indicando el año de observación como 1969. Berlitz publicó la historia de primera mano de Mccamis en su libro "Sin rastro" (1977) .
"Bajamos unos 5, 000 pies y luego bajé a una grieta unos 300 pies más profunda bajo un ligero afloramiento. Fuimos más profundos porque el cable por el que caminamos estaba pasando por una grieta. Ahí es donde lo vi. Lo primero que noté fue el movimiento.
Pensé que nos movíamos por el cable y revisé la deriva, pero descubrí que el submarino estaba inmóvil y que el objeto se estaba moviendo. Luego se me ocurrió que tal vez era un pilar, especialmente debido a su forma gruesa.
Giré el submarino en un arco para ver mejor el cable, o el poste, o lo que fuera, cuando vi con asombro un cuerpo grueso con aletas, un cuello largo, una cabeza en forma de serpiente con dos ojos que nos miraban directamente. Parecía un gran lagarto con aletas, había dos juegos de ellos.
Luego flotó hacia arriba, dando la espalda antes de que pudiéramos configurar las cámaras. Se suponía que debían fotografiar el submarino a una distancia de 15 a 25 pies, y ya estaba flotando fuera de la vista de la cámara, pero todavía estaba cerca.
No me gustaba cómo iban las cosas, así que me acerqué. No podía creer lo que había visto, pero no quería quedarme aquí".
Mccamis registró esta observación en el" diario húmedo " del vehículo submarino, pero más tarde se le dijo que el pasaje había sido eliminado de la versión final y, al no tener evidencia de lo que había visto, dudó en hablar sobre su observación.
Uno de los colegas de Berlitz, J. Manson Valentine, un entomólogo y artista interesado en la "arqueología esotérica", pintó un plesiosaurio para Mccamis, quien lo llamó "exactamente lo que [él] vio".
En 1999, el criptozoólogo Scott Mardis se puso en contacto con Mccamis, quien confirmó la observación, pero afirmó que Berlitz estaba equivocado en la fecha; según él, la observación ocurrió alrededor de julio de 1965, no en 1969, cuando Alvin estaba fuera de Servicio.
En las décadas siguientes, los criptozoólogos y los zoólogos comunes discutieron muchas veces sobre lo que Mccames y su colega podían ver exactamente. Algunos de ellos creían que una foca rara de cuello largo estaba en su campo de visión, otros estaban seguros de que realmente era un plesiosaurio que sobrevivió hasta nuestros días.
El criptozoólogo moderno Karl schuker considera que la observación de "Elvin" es extremadamente valiosa. En primer lugar, debido al hecho de que ambos testigos eran ingenieros altamente calificados, y no algunos pícaros que anhelan fama en la Prensa.
Y en segundo lugar, vieron una supuesta "serpiente de mar" o plesiosaurio en su elemento nativo, en las profundidades del agua, en lugar de en la superficie, como en la mayoría de los casos de observación.
Shuker forma parte de un grupo que cree que se ha visto un plesiosaurio real con "elvin", y considera este caso como una de las pruebas más fuertes de que tales criptidos marinos son reales.
Noticias originales
In 1965, two men aboard the Alvin submersible descended over a mile into the Atlantic Ocean. And there they saw a living creature that was very similar in appearance to a plesiosaur.
This incident happened near the Bahamas and is still an unsolved cryptozoological mystery. One of the pilots said that the creature was definitely a reptile with a very long neck.
Some researchers believe that it could be the legendary sea serpent, but the descriptions of eyewitnesses point more to a sea lizard from the order of plesiosaurs that has survived to this day.
Marvin McKames and Bill Rainney were the engineers who designed and piloted the Elvin submersible themselves. The dive in the Bahamas was their first dive.
They saw a strange long-necked creature in a place called the “Tongue of the Ocean” – this is a deep depression between the islands of Andros and New Providence.
Early reports of the Alvin sea serpent were highly laconic: McCamis was originally quoted as saying “[t]hen I seen this monster or somethin’. I turned around sharply and it’s gone. Kind of shook me up. This was a living creature … I seen at least forty or fifty foot of it.”
A digital reconstruction of the Alvin encounter (Steve Baxter).
McCamis later gave a detailed description of this monster to the Fortean researcher Charles Berlitz, who referred to it in several of his books, always giving the year of the sighting as 1969. Berlitz published McCamis’ first-hand account in his book Without a Trace (1977).
“We were down about 5000 feet and then I went down into a crevasse about 300 feet deeper under a slight outcrop. We went deeper because the cable we were following spanned the crevasse. It was right there that I spotted it. The first thing I noticed was the movement.
“I thought we were moving along the cable and checked for drift but found that the sub was stationary and that it was the object that was moving. It then occurred to me that perhaps it was a utility pole, especially because of its thick shape.
“I swung the sub in an arc to get a better view along the cable or pole or whatever it was, when I was astonished to see a thick body with flippers, a long neck, a snakelike head with two eyes looking right at us. It looked like a big lizard with flippers – it had two sets of them.
“Then it swam upwards with its back turned before we could get the cameras angled. They were set to photograph 15 to 25 feet in front of the submarine and the thing had already swum out of the camera angle but was still around.
I didn’t like the way things were happening, so I came up. I couldn’t believe what I was seeing but I didn’t want to hang around.”
McCamis recorded the sighting in the submersible’s “wet log,” but was later told that the passage had been removed from the final version, and, with no proof of what he saw, he became hesitant to talk about his sighting.
One of Berlitz’s colleagues, J. Manson Valentine, an entomologist and artist interested in “esoteric archaeology,” drew a plesiosaur for McCamis, who identified it as “exactly what [he] saw.”
In 1999, cryptozoologist Scott Mardis contacted McCamis, who confirmed the sighting, but claimed that Berlitz got the date wrong; according to him, the observation occurred around July 1965, not 1969, a year in which Alvin was out of commission.
In the decades that followed, cryptozoologists and regular zoologists argued many times over what exactly McKames and his colleague might have seen. Some of them believed that a rare long-necked seal fell into their field of vision, others were sure that it was really a plesiosaur that had survived to our times.
Modern cryptozoologist Karl Shuker considers the observation of “Alvin” extremely valuable. Firstly, due to the fact that both eyewitnesses were highly qualified engineers, and not some crooks out there, thirsting for fame in the press.
And secondly, they saw the alleged “sea serpent” or plesiosaur in its native element – deep under water, and not on the surface, as in most cases of observation.
Shuker is in the group that believes that a real plesiosaur was seen from the Alvin, and he considers this case one of the strongest evidence that such marine cryptids are real.
Hipótesis
Investigación
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