Lobizoma

En el folclore Portugués, son los hombres lobo los que temen a la luz. Lobizome también tiene los nombres de Luisón o Lobizón (del Portugués: lobisomem: lobizón , Juicho , Luisón o Luisô).

Esta criatura espeluznante está en la encrucijada de los caminos de la vida y la muerte. La descripción recuerda a la leyenda Europea del hombre lobo. Es un mito muy popular en Argentina, Paraguay, Uruguay y el sur de Brasil, donde existe la creencia de que un séptimo hijo varón, al llegar a la adolescencia, se convierte en un hombre-lobo. Según otra leyenda (según la mitología Guaraní), este monstruo y sus seis hermanos vagan por la tierra.

Son capaces de transformarse en un lobo u otra criatura, pero no lo hacen intencionalmente, sino por una razón para maldecir (en algunas versiones del Don innato u otros encantamientos). No ataca a personas y ganado.

Se dice que los viernes y martes, cuando las sombras nocturnas comienzan a apoderarse de ciudades y regiones en su movimiento sombrío, Lobizon pierde su forma humana y se transforma en un perro o lobo de aspecto horrible con dientes afilados. Se dirige al cementerio para desenterrar su cadáver y comer. 

A medianoche, con los ojos brillantes, se embarca en una búsqueda de hombres para convertirlos en otros hombres lobo, lo que logra asustándolos y pasando bajo los pies de los hombres que conocerá durante una caminata nocturna. A veces, una bandada de perros lo persigue y ladra sin acercarse. Lo acompaña un olor nauseabundo.

Su caminata termina cuando llega un nuevo día, cuando regresa a su forma humana. Se ve desordenado, cansado, con dolor y cabello despeinado.

Estas personas pueden anticipar el futuro, tienen el Don de la curación.